Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
Antonio Machado, 4 de mayo de 1912
3 comments:
Exquisito!
Cuando lo estudié en la universidad le dieron muchas interpretaciones,la que más me gustó era la que él compara a su esposa de 19 años enferma con tuberculosis con ese árbol seco,que en un momento reverdece y le da esperanza de vida,para aquél entonces el árbol todavía existía y ella fue enterrada cerca del olmo,en el árbol colgaron una placa con ese poema,es uno de mis favoritos.
Sonia, gracias por la aportación. Esto amplía aun más el significado del poema.
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