Me pareció muy bonito, pero no te atrevas a leerlo.

Los premios de la vida se encuentran al final de cada jornada, no al principio; y a mí no me es dado saber cuántos pasos necesito dar para alcanzar mi meta. Puede que el fracazo salga a mi encuentro en el milésimo paso, pero el éxito se encuentra escondido en el próximo recodo del camino. Nunca sabré cuán cerca está, a menos que le dé la vuelta a la esquina... Me pareceré a la gota de lluvia que lava la montaña; a la hormiga que devora al tigre; a la estrella que ilumina la tierra; al esclavo que construye una pirámide. Construiré mi castillo piedra por piedra, pues sé que la constancia en los esfuerzos pequeños es la que completará mi obra.